Por Yosadhara Rodríguez Marrón
La educación, espacio de transformación y configuración humana, se enfrenta ante un panorama donde buscar mantener su esencia se volverá crucial para el mañana. ¿Cómo estamos educando para el futuro?
De acuerdo con la UNESCO, el 24 de enero se conmemora el Día Internacional de la Educación, fecha donde haremos un alto para reflexionar acerca del panorama que los años recientes han traído consigo y mantener viva la llama del aprendizaje resulta indispensable.
«No se puede educar a la mente, sin educar al corazón», mencionaba ya Aristóteles, filósofo griego que sería uno de los precursores junto con Sócrates de una propuesta educativa que integraría ciencia y esencia para la formación del hombre, configurando las bases de este arte formativo.
Educar va más allá de un aula, un libro y un momento: implica un entendimiento de la naturaleza humana, de su capacidad de asombro, de despertar el descubrimiento como pie al aprendizaje y la búsqueda de un sentido en el mundo que nos rodea.
Por eso es un arte que está evolucionando constantemente, incorporando metodologías y perspectivas que la vinculen directamente con la vida misma.
Cada teórico educativo, ha enriquecido desde su trinchera el entendimiento del fenómeno educativo, entiendo que es totalmente transdisciplinario y que estar frente a un pequeño, demanda tener la vocación para brindar algo más que información.
Elegir el momento indicado y conjurar los elementos didácticos precisos para que el atreverse a experimentar se vuelva algo común y el divertirse forme parte de la sesión, crea una dinámica que empodera progresivamente a los alumnos y los vuelve copartícipes de su aprendizaje.
De esa manera se van construyendo día con día los pilares fundamentales de la educación mencionados por Perrenoud (2001):
Aprender a conocer, aprender a hacer, aprender a ser y aprender a convivir de manera vivenciada y contextualizada.
El 2020 sacudió al mundo entero en múltiples sentidos y la educación no quedó excluida.
La innovación ya no fue un simple capricho o una situación aislada, sino que se volvió una necesidad cotidiana en donde la tecnología fue una herramienta clave para lograr salir adelante ante una situación tan cambiante e incierta.
Alumnos, maestros, padres y comunidades educativas a lo largo del mundo, estamos reaprendiendo y resignificando tantas cosas que son elementales para que la educación pueda continuar con su curso.
Han sido días de persistir, de intentar hasta lograrlo y de comprender que el error es la base de la metacognición.
Es por esto que la educación que ahora vivimos ya está siendo muy distinta en sus formas, pero sigue siendo fiel a su fondo:
Realidad aumentada, espacios creativos gamificados, videoconferencias y más recursos, solamente nos demuestran que la humanidad quiere y necesita seguir aprendiendo.
Ahí donde exista la cultura, ahí donde exista una intención de comunicar y de integrar, ahí se encontrará una oportunidad de educar.
Es por eso que en este día, te invitamos a que redescubras espacios y oportunidades para continuar aprendiendo de la manera más original posible: tu propia manera.
Películas, libros, videojuegos, viajes, el mercado…en todos lados podemos encontrar algo nuevo. Crea un pequeño álbum físico o digital de esos momentos que te dejaron un aprendizaje o te hicieron ver el mundo de forma diferente.
Desde los más pequeños de la casa hasta quiénes tienen años de sabiduría podemos aprender grandes lecciones, juntos podemos intercambiar experiencias educativas para integrarnos más.
Crea una meta sencilla para este mes sobre algo que te agrade, lo importante es ver tu avance y reflexionar sobre tus procesos, así reforzarás tu metacognición y con ello, tu autodeterminación.
¡Recuerda: la educación es el arma más poderosa para cambiar tu mundo!