Berrinches: 3 técnicas infalibles para calmar a los niños.

Por: Colegio Cuernavaca

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Por Belem Capetillo

¿Berrinches en casa? Estas técnicas te ayudarán a calmar a los pequeños.

Los berrinches de tus hijos, por frustrantes que te resulten, son necesarios, fundamentales para su correcto desarrollo social y cerebral.

Sin embargo, hace falta tener a la mano algunas herramientas para gestionar estas clásicas y, a veces, complejas rabietas.

Los berrinches de tu pequeño son, por lo menos entre los 2 y los 5 años, una forma de comunicación, se trata de un deseo no resuelto que quizá no puede verbalizar.

Y es que tengamos en cuenta que, justo a partir de los 2, los niños entran en una fase de oposición al sistema, la terquedad es natural.

¿Por qué surgen las rabietas?

Las causas de las rabietas pueden ser muchísimas: la respuesta a una orden agresiva, el exceso de estímulos, están probando los límites de los padres, no se sienten escuchados, tienen alguna molestia física, se sienten frustrados, cansados o, simplemente, tienen hambre.  

Así que los berrinches tienen su lado positivo, la clave para explorarlo está en la correcta gestión de este sobresalto emocional y ahí es donde los padres juegan un papel primordial. No los ignores, indaga en las razones de su molestia.

Y no pierdas de vista que las rabietas también pueden deberse a un problema subyacente como trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH), ansiedad, problemas de aprendizaje, depresión e, incluso, autismo.  

¿Cómo gestionarlos?

La caja de la rabia. Consiste en pedir al pequeño, justo cuando el berrinche comience, que dibuje lo que quiera (de preferencia que agregue a su dibujo ojos, manos y pies). Al finalizar, explícale que ese es el monstruo de la rabia, guárdenlo en una caja con tapa y asegúrense de que no salga de ahí.

Lazy 8 Breathing. Cuando notes que tu hijo está perdiendo la paciencia, dibuja un «8» en una hoja y pídele que inhale profundo mientras recorre con su dedo, del centro hacia la izquierda, la silueta de aquel número. Que exhale del mismo modo y en el sentido opuesto. Podrá tranquilizarse.

Abrázalo. A menos de que responda de forma violenta, abrázalo por más de 20 segundos como una clara forma de contención emocional. Aún en pleno berrinche, su cerebro libera sustancias como la dopamina que le ayudarán a sentirse mejor en muy poco tiempo.

Lo más importante es que tú, como padre, evites explotar. Recuerda que los niños todo lo imitan, así que mantén la calma y date el tiempo necesario para acompañar a tu pequeño mientras comprende y libera sus emociones.

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