Por Elizabeth Terrazas Farfán
La lectoescritura es la habilidad para leer y escribir, significa la unión de dos procesos que se encuentran totalmente conectados: la lectura y la escritura.
Leer y escribir son dos actividades que pueden resultar un poco difíciles, sin embargo, resultan fundamentales para que los pequeños continúen aprendiendo por el resto de su vida.
La construcción del aprendizaje de estos procesos no es una tarea sencilla. Los pequeños deben aprender la relación producida entre cada letra y su sonido (conciencia fonológica).
Pero también aprender a realizar trazos y dominar nociones de orientación (grafomotricidad), lo que requiere de tiempo y madurez.
Los pequeños deben dar un paso más y aprender a entender el sentido de lo que leen, y a dar un sentido adecuado a lo que escriben, la práctica y la constancia son la base en este proceso.
Motivar a los niños es fundamental para que no se desanimen y quieran dejar de aprender. Una forma de hacerlo es mediante la práctica de la lectura oral diaria.
En ella los chicos practican la atención y desarrollan su imaginación, desconectándose de su mundo real y entrando al mundo fantástico del escritor, de los personajes y lugares que se narran.
Este proceso también les ayudará a desarrollar paciencia, constancia, la capacidad de observación, descubrimiento y superación, además del gusto por la lectura.
Acompañar a nuestros niños en su proceso de lectoescritura es vital y debemos hacerlo con paciencia y cariño, no los obliguemos a convertirse en los mejores, ni en los más rápidos.
Recuerda que su futuro depende en buena medida de dichas habilidades, y por ello forzar la situación solo podría tener consecuencias negativas.
1.-No imponer: Obligar al pequeño a leer lejos de ser una actividad divertida se volverá algo que aborrecerá. Lo importante es crear un hábito que haga que el niño disfrute de esta actividad.
2.-Libertad de elegir: La elección del cuento debe ser basada en sus intereses para despertar la motivación y curiosidad.
3.-Hacer de la lectura un juego: Aventurarse a inventar voces nuevas para cada personaje es fundamental para captar la atención del niño, lo mejor es perder la pena y divertirse.
4.-Fomentar el disfrute: Estimula la creatividad y la imaginación de tu pequeño permitiendo que cuando lean hagan preguntas.
Propongan otros finales, creen nuevos personajes, incluso sus propios cuentos, esto ayudará a desarrollar en ellos la escucha activa y disfrutarán aún más de esta actividad.
5.- Ten paciencia con los pequeños: cuando escriban o lean si se equivocan no los regañes, recuerda que están aprendiendo y es un proceso que lleva tiempo.