Se trata de una conducta violenta y muy común entre niños y adolescentes: una forma de acoso que daña significativamente a la víctima. ¡Hay que prevenir el bullying! Este es el rol que docentes y padres de familia desempeñan en su prevención.
El acoso escolar o bullying es un comportamiento agresivo intencional, que consiste en un desequilibrio de poder o de fuerza. Va desde comentarios o bromas hasta golpes que pueden provocar tragedias.
En México, esta forma de violencia afecta a más del 50% de estudiantes en nivel básico, es decir, alrededor de 28 millones de niños, según datos de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE).
Toma en cuenta que los insultos, la difamación, las amenazas y el chantaje son bullying, también lo es pegar, robar, romper cosas, ignorar o aíslar a otros de manera sistemática y prolongada en el tiempo. ¿Cómo evitarlo?
Háblales a tus niños sobre acoso escolar. Es importante explicarles de qué se trata y cómo es que hay que hacerle frente. Genera relaciones de confianza con tus hijos y déjales muy claro que siempre estarás para ayudarlos.
Permanece atento a las señales de alerta. Si tu niño presenta golpes sin causa aparente o si notas que está cambiando sus hábitos podría tratarse de bullying, es momento de acercarte a él con toda la empatía y paciencia del mundo.
Pon el ejemplo. No juzgues a los demás por su apariencia o condición social. De lo contrario, podrías estar formando hijos bulleadores. Los pequeños ven lo que hacen sus padres y lo imitan.
Fomenta su autoestima. Una de las mejores maneras de hacer frente al bullying es un autoconcepto emocional alto. Un pequeño que se sabe valioso es capaz de poner límites saludables a tiempo.
Crea estrategias de protección junto con los docentes. Hay que preparar a niños y adolescentes para situaciones de peligro, brindarles consejos sobre cómo detener una agresión de forma directa y asertiva.
La relación que los pequeños tienen con sus mayores puede hacer toda la diferencia al momento de enfrentar el acoso, así que fortalece sus lazos y podrás prevenir que tu hijo se convierta tanto en víctima como en victimario.