Por Belem Capetillo
El valor que un niño percibe de sí mismo es clave para su desarrollo. Eso es la autoestima y hará que tus niños crezcan como adultos equilibrados. Nunca es demasiado temprano para hablar del tema. ¡Aprendamos cómo fomentar la autoestima!
Fomentar el autoestima es, en primera instancia, responsabilidad de los padres. Debes tomar conciencia de lo que estás transmitiendo y dirigir los esfuerzos hacia fortalecer el carácter de tu hijo.
Y aunque no hay nada tan poderoso como el ejemplo, también enlistaremos para ti una serie de actitudes prácticas que te serán de gran ayuda para ayudar a tus niños a sentirse bien consigo mismos. ¡Toma nota!
Dedícale tiempo de calidad a tus hijos. Para ellos, es un indicador de que son valiosos y merecen tu atención. Olvídate de «escucharlos» mientras atiendes pendientes del trabajo. Verás cómo impacta en su autoestima y también en la relación que tienes con él.
Pídeles que se pongan objetivos. La clave está en que no se los impongas, que sean ellos quienes deciden qué es lo que quieren conseguir con ese juego que tanto les gusta o en el próximo regreso a clases. Así se forman los cimientos de su personalidad.
Dales responsabilidades. También fomentas su autoestima cuando los haces parte de las labores del hogar. Hazlo de acuerdo a su madurez física y mental, por ejemplo, recoger los platos es más que suficiente para que identifiquen la importancia de su rol dentro de la familia.
¡No lo compares! Ni con sus hermanos ni con otros niños. Su valía se pone en riesgo cuando cuestionas la persona en la que se está convirtiendo. Puede generar celos y hacer aflorar conductas violentas. Es una gran equivocación y sus efectos pueden ser devastadores a largo plazo.
Elógialo, pero hazlo con cautela. Si le dices cosas como «eres el más listo», tu pequeño se sentirá en la cima del cielo, pero el mundo que lo rodea puede ponerlo en jaque. Es mejor decirle cosas como «eres muy hábil para resolver problemas». Autoestima es que vea las cosas positivas sobre sí mismo, pero de forma realista.
Ahora ya sabes qué hacer para formar a un pequeño seguro de sí mismo y resiliente frente a los desafíos propios de la vida. Déjalo vivir su independencia y conviértete en un buen guía para él.