Por Mario Bedolla.
El juego es una forma entretenida, diferente y creativa que ayuda a los niños a aprender y a desarrollarse en todos los aspectos (física, emocional, social, perceptual, cognoscitiva, creativa y lingüísticamente).
Mediante el juego en niño no solo se desarrolla en todos los aspectos sin darse cuenta si no que él es su propio protagonista.
Es un instrumento cultural necesario para alcanzar la madurez física y psíquica, y también, un elemento clave en el desarrollo de la vida social.
¿Dónde inician el juego en la edad infantil?
El juego aparece como una actividad espontánea, natural y sin aprendizaje previo, que desarrolla el conocimiento del niño desde edades tempranas.
Es un detonante al reto para que pueda cumplir tareas no planificadas como alcanzar un juguete, morderse o chuparse el pie o seguir con la mirada ciertos objetos o distractores.
En el segundo ciclo de vida, el niño, a través del juego, se recreará en su práctica y aplicará las diferentes estrategias que convengan en cada situación (de cooperación, de oposición, etc.).
También valorará sus propias posibilidades y las del compañero, desarrollando juegos sencillos y nuevos, así como variantes de juegos conocidos.
Se comenzará a trabajar el conocimiento de juegos populares y tradicionales de su localidad y se inicia al alumno en la práctica de los juegos en el entorno cercano, respetando en todo momento el medio que les rodea.
Ya en el tercer ciclo, toma gran importancia el trabajo en equipo. Se trabajarán los juegos populares y tradicionales de su comarca, así como juegos de campo, de orientación, de aventura.
En cuanto al predeporte, se trabajará la aceptación del nivel propio y de los demás compañeros, la comprensión del juego y sus reglas, así como, aspectos relacionados con el compañerismo, rivalidad, es decir, «saber ganar y perder».
¡Así es como el juego toma importancia a lo largo de la vida infantil y también en la edad adulta!
A pesar de haber cambiado la forma de pensar, el juego siempre resulta atractivo hacia nuevos retos y forma de interactuar con los otros.
Trae consigo beneficios que ayudan en el desarrollo de nuevas habilidades y capacidades tanto cognitivas como físicas. Además es gratis y no cuesta nada, ¡sólo uso de la imaginación y creatividad!
Como dicen por ahí: «Uno nunca de ser niño, solo cambia el objetivo».