Tener un robot en casa ya es posible. Ya sea un asistente virtual en el hogar como Alexa o una aspiradora iRobot Roomba, cuenta como tener uno, pero la industria sigue creciendo.
El Toyota Research Institute ha presentado un brazo robótico que cuelga del techo de la cocina, diseñado para ayudar en tareas domésticas, sobre todo hogares donde residan ancianos. ¿Pero por qué?
Porque la salud ha mejorado al paso de la ciencia, y si bien hoy vivimos tiempos de una pandemia sin igual, la esperanza de vida de la población mundial mayor de 65 se duplicará. El objetivo es facilitar la vida de la gente.
Labores de limpieza tediosas, por ejemplo. Pero dichos asistentes podrían asistir con llamadas telefónicas, solicitar ayuda en caso de emergencia, enviar mensajes, compras, recordatorios, etc.
En el Toyota Research Institute están utilizando la realidad virtual para entrenar a sus robots dentro de un entorno de casas simuladas, de modo que aprendan movimientos indispensables en los hogares.
Además de dicho robot que se cuelga del techo cual murciélago, otros modelos han sido presentados, como una mano robótica con cojines, pensada como asistente de lavavajillas y capaz de sostener objetos sensibles como vasos de cristal, platos o cubiertos.
Según una encuesta realizada recientemente, en Europa sólo el 18 por ciento de las personas preferirían a los humanos que a los robots para dar soporte a su salud mental.
Esto se debe a que creen que los robots ofrecen un espacio libre de juicios, respuestas imparciales, rápidas y concretas sobre los temas de salud.
Un 68% de las personas preferiría hablar con un robot que con su jefe sobre el estrés y la ansiedad generados en el trabajo.
Además, un 80 por ciento de las personas está dispuestas a tener un robot como terapeuta o consejero.
No falta mucho para que también nos puedan cocinar.