La cifra es escandalosa: el desperdicio de comida disponible en los hogares, comercios, restaurantes y otros, termina en la basura. Y no sólo eso, sino que impacta negativamente al medio ambiente.
Alrededor de 931 millones de toneladas de alimentos acabaron desperdiciándose en el mundo en 2019, ¡sin contar las pérdidas generadas durante la producción y transporte!
Esto de acuerdo a un informe del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma), que denuncia las implicaciones sociales y medioambientales que tiene este derroche.
Mientras se pierden esas cantidades ingentes de alimentos, 690 millones de personas en el mundo (casi el 9% de la población) sufre problemas de hambre.
El estudio analiza el desperdicio en tres rubros: hogares, servicios de alimentación y el comercio minorista, concluyendo que la principal pérdida se registra en los hogares con un 61% del total.
Le siguen los restaurantes y otros servicios de alimentación con un 26% y el comercio minorista (13%).
El informe, elaborado por los analistas del Pnuma y de la ONG británica WRAP, estiman que durante ese año, cada habitante del planeta desperdició un promedio de 121 kilos de comida.
Uno supondría que Estados Unidos estaría a la cabeza de esta estadística, pero no es así.
El promedio de desperdicio por habitante en aquel país es de 59 kilos, mientras que el de mayor desperdicio es Nigeria, con 189 kilos por habitante.
La generación de desperdicio de alimentos per capita en los hogares es muy similar entre los diferentes grupos de países en función de sus ingresos.
«Durante mucho tiempo se asumió que el desperdicio de alimentos en el hogar era un problema importante solo en los países desarrollados», ha señalado Marcus Gover, director general de WRAP.
El estudio solo se centra en la etapa final de la cadena de producción, la que está ligada al comercio minorista y el consumo de esos alimentos.
Por su parte, un informe de la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura elevaba la tasa de alimentos perdidos hasta el 30% (teniendo en cuenta toda la cadena).
¡Debemos detener el desperdicio de alimentos! Es un derroche que, además, incide en el impacto ambiental.