Por Belem Capetillo
Luego de que los niños aprenden a escribir, varias de las materias incluidas en la currícula escolar se enfocan en mejorar la caligrafía, pero hay casos en los que parece imposible. ¡Descubre qué pasa en el cerebro de los pequeños que tienen letra fea!
Que debemos entrecomillar «fea» porque el término es subjetivo y porque la escritura de los niños puede evaluarse desde diferentes perspectivas.
Quizá no es la más estética pero el niño logra comunicarse y, además, lo hace con excelente ortografía. Tener letra «fea» puede ser positivo.
Según un estudio de la Universidad de Illinois, en Estados Unidos, quienes escriben con la también llamada «letra de doctor» tienen un cociente intelectual más alto que las personas con caligrafía legible.
Resulta que algunos niños tienen letra «fea» porque su cerebro trabaja más rápido que sus manos. Su agilidad mental les impide poner atención a este tipo de detalles, pues priorizan un proceso mental eficiente. Estos pequeños suelen escribir rasgos poco definidos e, incluso, abreviaturas.
Esta es la conclusión del análisis de datos entregados por 105 profesores de la escuela Worcester, en Massachusetts. Cada profesor envió 4 modelos de textos de sus alumnos: los niños con mejor y peor caligrafía, además de alumnos con destacadas habilidades mentales y alumnos con bajo rendimiento.
Una situación tan ordinaria puede estar relacionada con una disgrafía, es decir, un trastorno del aprendizaje que consiste en ciertas dificultades de coordinación de los músculos de la mano y el brazo del pequeño. Por eso tendrá letra «fea».
En este caso, los niños afectados no dominan y dirigen el lápiz, color o bolígrafo de forma adecuada para escribir de manera legible, sus textos son difíciles de leer. Esta condición suele diagnosticar a partir de los 8 años.
Si tu pequeño tiene letra «fea» pero, al mismo tiempo, destaca en las tareas escolares y tiene un rendimiento significativamente mayor al del resto de los niños, no te preocupes. Pero si crees que tu niño tiene dificultades para aprender, acércate con su profesor, con su médico de cabecera y apóyenlo.