Crianza respetuosa: qué es y cómo ponerla en práctica

Por: Redacción

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Por Belem Capetillo

¿Has escuchado sobre la crianza respetuosa?

Se trata de una forma de enseñanza que puede mejorar significativamente la relación que tienes con tus hijos. La crianza respetuosa es fácil de implementar, estos consejos te ayudarán a hacerlo.

La crianza respetuosa tiene su base en los principios de la teoría del apego de John Bowlby, esta última trata sobre formar vínculos afectivos fuertes con los niños, entender y gestionar sus necesidades.

Los principios de la crianza respetuosa son:

Amor incondicional. Nada es más importante para quienes implementan este método de crianza que aceptar a los pequeños tal y como son.

Empatía. La crianza respetuosa busca que los papás se pongan en el lugar de los niños, que busquen entender una realidad ajena a ellos.

Igualdad. Los papás, aunque son la figura de autoridad, no pasan por encima de los pequeños bajo ninguna circunstancia.

Respeto. Otro de los interesantes principios de la crianza respetuosa es buscar el equilibrio entre las necesidades del pequeño y las de los padres.

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Ejemplos.

«No quiero». En lugar de forzar al niño a hacer eso que no quiere y dramatizar la situación, se le dan opciones. Si no quiere comer sopa, hay que preguntarle por qué y, despues, darle la posibilidad de sustituirla por algún otro platillo saludable que mamá tenga a la mano.

Déjalo llorar. Evita comentarios del tipo «no llores» o «no estés triste», la crianza respetuosa tiene que ver con darles a los niños la libertad de expresarse como más les convenga (siempre y cuando no se pongan en peligro).

«No lo encuentro». En vez de gritar y regañar a tu pequeño porque ha perdido un objeto, ayúdale a hacer memoria, además, pregúntale dónde ha buscado y guíalo para indagar en nuevos sitios. También puedes darte unos minutos y buscar junto con él.    

Limites saludables. La crianza respetuosa no trata de que cedas a todos los deseos de tus niños, más bien hay que aprender a negociar con ellos. Si quieren que les compres algo, explícales por qué no puedes o cuándo sería un momento momento para hacer esa inversión.

Es importantísimo que tengas en mente que no hay una receta infalible, todos los niños (y sus familias) tienen necesidades y cualidades muy particulares. Sé paciente con ellos, pero también contigo.

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