Por M.EE Mónica Tercero Barro.
La realidad es que es imposible establecer una fecha exacta en cuanto al nacimiento de las artes marciales, pero su práctica tiene muchos aspectos interesantes.
Se considera que datan del año 2000 a.C. aproximadamente, teniendo como punto de partida el Lejano Oriente. Se cree que los encargados de su difusión fueron los monjes budistas.
En Occidente, la palabra «marcialidad» se relaciona directamente al dios Marte que era el dios guerrero de los antiguos romanos.
A través del tiempo, hasta la era actual, ésta palabra está directamente relacionada a la guerra y a los militares, así como a la disciplina que caracteriza al soldado y al guerrero del Lejano Oriente.
En sus inicios, las artes marciales más antiguas y tradicionales como el Karate, el Taekwondo y el Kung Fu, podían ser practicadas solamente por un selecto grupo de guerreros de alto honor.
Implicaban técnicas sumamente efectivas consideradas armas secretas de valientes y disciplinados hombres (las mujeres no tenían acceso a este privilegio).
Con el paso del tiempo, al ser sustituidas por otro tipo de tácticas y utensilios de guerra como las armas de fuego, las artes marciales se fueron convirtiendo en disciplinas artísticas y deportivas.
Su desarrollo en la fortaleza y control mental, ha dado origen a nuevas variedades de prácticas relacionadas, permitiendo la participación equitativa de mujeres y niñas.
Una correcta iniciación de los niños en las artes marciales, de preferencia entre los 4 y 7 años, va logrando, a través de la práctica continua, un efecto positivo en su desarrollo físico, mental y emocional.
Fortalecen su cuerpo y logran un desarrollo óptimo de ambos hemisferios cerebrales. Se apropian de la disciplina y elementos de regulación que los llevan a aumentar su autoestima.
Los vuelve más conscientes de su responsabilidad como practicantes y conocedores de estos legados antiguos.
Los hace tener una relación distinta con el medio ambiente y las personas con las que se relacionan, formando no sólo mejores deportistas, sino ciudadanos y seres humanos.
¡Incentiva la práctica de artes marciales en tus hijos! En el Colegio Cuernavaca tenemos taller de artes marciales para niñas y niños de todas las edades. ¡Y el desarrollo integral a través de la constancia es notorio!