Por M.EE. Mónica Tercero Barro
Es muy frecuente el insomnio (incapacidad para conciliar el sueño) y actualmente se dedican escasas horas a dormir bien de manera tranquila y reparadora.
Se han convertido en dos de los problemas de salud más recurrentes y con consecuencias perturbadoras, tanto para niños como para jóvenes, y por supuesto para los adultos.
Poco a poco y, debido a la vertiginosa actividad diaria, las personas han llegado a dedicar menos horas de sueño y descanso para agregarlas al tiempo destinado al trabajo y al estudio.
¿Qué se obtiene con esto a mediano plazo? Problemas de ansiedad, estrés, obesidad y dificultades de aprendizaje entre otros.
Según investigaciones de la National Sleep Foundation, en Virginia, Estados Unidos, las horas de sueño recomendadas varían de acuerdo a la edad de la persona de la siguiente manera:
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Se recomienda que el horario para ir a dormir sea el mismo a lo largo de la semana y que sea precedido de rutinas de meditación y respiración para conciliar el sueño.
Un entorno propicio para el descanso con cama, colchón, almohadas y cobijas adecuadas, así como mantener una temperatura templada en una habitación ventilada y libre de aparatos electrónicos.
Hacer ejercicio físico al menos 3 veces por semana y cuidar la ingesta de cafeína, teína, chocolate, azúcares, alcohol y tabaco, así como evitar cenas copiosas y con exceso de carbohidratos.