Decir no a los pequeños puede llegar a ser una tarea muy complicada, pero como padres debemos tener presente las maneras de decir NO a los niños en ciertas ocasiones.
Hay padres que están acotando el margen de actuación de sus hijos de manera constante (no hagas eso, no toques aquello, deja eso), privándolos de su propia autonomía con un exceso de normas sin explicación.
Por otro lado, hay quienes no ponen ningún tipo de freno a sus hijos, dejando que hagan y deshagan a su antojo y desatando la aparición de los niños tiranos, o incluso la frustración si un buen día le dicen NO.
La realidad es que demasiados NO transmiten un mensaje negativo a nuestros hijos de la misma manera que los padres dicen que SI a todo a sus hijos. Cuando le das un NO es una respuesta cargada de poder, si nuestros niños la escuchan frecuentemente llegara el momento que se digan a si mismos que no podrá lograr algo.
Es verdad que nuestros niños necesita normas y limites para sentirse seguros y son los padres los responsables de conseguirlo. El abuso de la palabra NO puede llegar a conseguir que los pequeños dejen de escucharla, y lo peor, de darle sentido.
Guarda el NO para lago realmente importante algo que suponga un peligro , como cruzar la calle sin ir de la mano o, asomarse por la ventana, y para el resto utiliza formulas positivas.
Por nombrar algunos ejemplos:
En lugar de decir «No comas más helado», suena mejor: «Se que te encanta comer helado, pero comer en exceso te puede causar daño a tu pancita».
No juegues con la comida o en la mesa / Sé que te encanta jugar pero la comida es para comérsela. Para jugar están los juguetes.
No grites / Si gritas me cuenta entender que es lo que quieres: habla con voz normal y busquemos una solución.
Sugerir otra cosa que puede hacer: si no podemos ir al parque, debemos explicar qué ocurrirá si él o ella hacen lo que quieren. Y, al aclararle las normas de esta manera, ellos anticiparán la respuesta.
¡No se trata de no negarle cosas a nuestros pequeños! De hecho, los padres debemos hacerlo para aplicar disciplina, imponer normas, reforzar el carácter y, en definitiva, para educarle.
Si aprendemos mejores maneras de decir no a los niños, todos crecemos con una mejor comunicación.