¡Ya viene Halloween! Una palabra cuya contracción deriva de “All Hallow’s Eve“, es decir, «víspera de Todos los Santos», o también conocido como Noche de Brujas.
Se trata de una fiesta de origen pagano que se celebra el 31 de octubre y cuyas raíces provienen del Samhain, un antiguo festival celta que se remonta a unos 3,000 años de antigüedad y que en irlandés antiguo significa «fin del verano».
La fiesta de Samhain se celebraba en Irlanda al terminar la época de cosechas, dando inicio al año nuevo celta, el cual coincidía con el equinoccio de otoño.
La creencia celta dice que a la par de ese nuevo ciclo, la línea que nuestro mundo con el de los muertos, se estrechaba, permitiendo a los espíritus cruzar hasta nosotros, ya fueran buenos o malos.
Por eso se cree que usando máscaras, ahuyentaban a los espíritus malignos, pues durante esa noche los espíritus de los muertos podían caminar entre los vivos.
Incluso, se celebraban banquetes en las tumbas de los antepasados familiares, en lo que simbolizaba la unión de los vivos y los muertos tras las cosechas.
Con la expansión del Imperio Romano y su ocupación de tierras celtas, la fiesta se mezcló con las fiesta de la cosecha, dedicada a la diosa Pomona.
Los papas Gregorio III y Gregorio IV intentaron suplantar la festividad de Halloween por la festividad católica del Día de Todos los Santos, pero dicha tradición siempre se mantuvo.
Incluso creció, pues los migrantes irlandeses la llevaron a Estados Unidos y Canadá en el siglo XIX, hasta que en 1921 se celebró el primer desfile de Halloween en Minnesota.
Se trata de una de las festividades más importantes para países anglosajones, en la que los niños salen a las calles disfrazados de fantasmas, duendes y demonios, para pedir dulces y golosinas a sus vecinos.
¿Y qué hay con la frase de “trick or treat”? Es parte de la leyenda de Jack O’Lantern, pero esa la conoceremos mañana.