En el Día del Maestro, no perdamos la oportunidad de reconocer su esfuerzo y dedicación, ya que juega un papel importante ante la sociedad. ¡Y hay que reconocerles su vocación y esfierzo!
El 15 de mayo de 1918 que se celebró por primera vez el Día del Maestro. Los diputados Benito Ramírez y Enrique Viesca presentaron la iniciativa con el objetivo de agradecer a los educadores su compromiso con la educación.
Aunque también hay quienes dicen que esta festividad está relacionada con el santoral católico que conmemora a San Juan Bautista, sacerdote y pedagogo francés, justamente el 15 de mayo.
Como sea, ¡se trata de una fecha que no queremos que pase desapercibida!
Nuestros profesores son maestros de vida, son quienes nos empujan a soñar y a cumplir cada uno de nuestros propósitos. Nos han enseñado matemáticas, pero también a ser resilientes, e incluso hay quienes nos cambiaron la vida.
Saben que su misión es importante. Tienen un concepto positivo de sí mismos y de su trabajo, están comprometidos con sus alumnos y convierten cada clase en una lección para la posteridad.
Hacen mucho más que solo repetir las palabras del libro, nos hablan de sus experiencias. Se nota que hacen lo que aman y, por supuesto, se convierten en un modelo a seguir. Este Día del Maestro los recordamos con cariño.
Aún cuando son muchos los niños y adolescentes que han pasado por sus aulas, aprendieron a conocer a cada uno de ellos. Sabían de sus necesidades y, muchas veces, secaron sus lágrimas.
El Día del Maestro es el pretexto perfecto para agradecer a los profesores que están cambiando el mundo al poner el alma en cada una de sus sesiones educativas.
Ahora es cuando nos queda más que claro que solo alguien así de apasionado podría pasar tantas horas preparando clases, material educativo, e incluso haciéndolo a distancia.
A todos ustedes, ¡gracias!