Por Edith Gómez Salgado
Mejorar la letra es una tarea de constancia, y no sólo en el caso de los niños. ¿Cuántos de nosotros nos hemos arriesgado a recomendar a quien tiene letra ilegible que se ponga a practicar con páginas y más páginas?
Y todavía como padres y docentes nos atrevemos a saturar a nuestros hijos y alumnos comprándoles libros extensos de ejercicios para rellenar.
Esto no quiere decir que estemos totalmente equivocados, recordemos que la práctica hace al maestro, ¿pero debe ser así?
Sugerir las planas es una medida desesperada para corregir su caligrafía, causando el efecto contrario: el alumno evitará escribir, se cansará de repetir los mismos trazos y la mejora será mínima.
Estos ejercicios dan mejores resultados en la etapa preescolar cuando el alumno comienza a practicar sus primeras letras, debido a que este es el momento en el que identifica las diferencias entre las letras, y al repetirlas corrige y perfecciona sus trazos.
Para tener una buena letra antes que nada debemos considerar varios aspectos.
Buena postura: Es primordial mantener una posición cómoda, recta, y al mismo tiempo relajada, no encorvada, apoyando la mano suavemente sobre la mesa.
Agarre de lápiz Realizar la pinza correctamente con los dedos pulgar, índice y medio es la clave para facilitar la fluidez al momento de escribir. En caso necesario, es conveniente apoyarse del uso de triángulos para lápiz, ligas o lápices y bolígrafos gruesos y triangulares.
Trazo correcto de la letra Este punto es esencial debido a que todas las letras tienen diferente forma, punto de inicio y direccionalidad. Con frecuencia se observa a los alumnos que al escribir lo hacen de forma contraria al punto de inicio, originando un vicio muy difícil de corregir, y como consecuencia las letras tienen aspecto diferente.
Para escribir bien es fundamental que nuestro cuerpo y nuestra mente se coordinen; la escritura no sólo se realiza con nuestro hombro, muñeca y dedos en la posición correcta, además estos movimientos deben coordinarse con nuestros ojos.
De acuerdo a los ejes pedagógicos, para escribir a mano se debe trabajar y desarrollar las siguientes habilidades y procesos a madurar mediante estrategias específicas:
Motricidad fina: Movimientos de mano y dedos de manera precisa.
Grafomotricidad: Movimiento gráfico con la mano al escribir.
Coordinación visomotora: Movimientos ojo-mano, controlados, precisos y simultáneos.
Discriminación visual: Habilidad de distinguir el tamaño, forma y color de los objetos.
Apoyemos a nuestros pequeños a practicar la escritura con agrado, puesto que es un medio para transmitir y comunicar, y en ella se imprime el sello personal.