El 5 de mayo es una de las fechas más importantes en la historia nacional, por conmemorarse la Batalla de Puebla, ocurrida en 1862.
En tiempos de Benito Juárez, México sufrió una segunda intervención francesa, la cual fue resistida heroicamente por el ejército de la República, dando muestras de arrojo y resistencia admirables durante el sitio del ejército francés.
La batalla del 5 de mayo comenzó en la mañana y terminó la noche del mismo día, con el general Ignacio Zaragoza al mando, quien murió meses después.
Tras una intensa y fiera contienda, el ejército francés terminó huyendo hacia Veracruz.
De acuerdo a especialistas, este combate fue de gran importancia para el país porque se logró vencer al ejército francés a pesar de que el ejército mexicano era inferior y menos experto.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México (INEHRM), las razones de la victoria del 5 de mayo de 1862 se conservaron arraigadas en todo el territorio nacional.
Con un gobierno itinerante del presidente Benito Juárez, la segunda intervención francesa y la imposición del segundo imperio, los mexicanos demostraron unidad, valor, perseverancia y confianza.
Cinco años después de la Batalla de Puebla, un grupo de mexicanos celebró esa victoria en Texas, lugar donde nació Ignacio Zaragoza en 1829.
Tras su anexión a los Estados Unidos, los mexicanos en Texas comenzaron a celebrar la fecha de manera simbólica porque, después de todo, se sentían como extranjeros en opresión.
Así, otros latinos que vivían allá comenzaron a celebrar el 5 de mayo, volviéndose popular entre las comunidades migrantes.
Para el año de 1930, el consulado mexicano en Los Ángeles realizó una celebración de esta fecha, lo cual le dio carácter oficial en aquel país.
¿Y por qué no? En Estados Unidos ven esta fecha como independencia, ya que de haber vencido el invasor, tal vez todos estaríamos hablando francés.